Este año nuestro país cumple 40 años de democracia ininterrumpida. Esto es un hecho inédito en la historia, ya que es el periodo más largo, sin violencia política, y con elecciones como único mecanismo legítimo para el traspaso de poder. 

Algunos acá son muy jóvenes, son hijos de la democracia conquistada en 1983,

 y no conocieron la violencia política ni vivieron sus consecuencias. Nunca más

 demos lugar a la violencia como recurso político .Hace cuatro décadas que los

argentinos recuperamos la libertad de elegir a nuestros representantes,El 30 de

octubre de 1983 se votaba luego de 10 años sin actos electorales y los últimos 7

 bajo una oscura y violenta dictadura militar, un hito que vale la pena celebrar

teniendo en cuenta las dificultades que superamos al dejar atrás un pasado

violento e injusto.

La democracia que celebramos hoy, nos plantea numerosos desafíos para la construcción colectiva en un país tan desigual como el nuestro, siendo uno de los principales la construcción de consensos duraderos para lograr el ansiado desarrollo equitativo y federal con instituciones fuertes y transparentes.

Los ciclos históricos ponen hoy a la economía en el mismo lugar que en los 80’: deuda externa, hiperinflación, salarios bajos y promesas de milagros privatizadores. Los argentinos estámos desesperados y aturdidos por una realidad agobiante: en estas cuatro décadas atravesamos nueve crisis económicas, el PBI per cápita está estancado hace diez años, la pobreza alcanza a casi la mitad de la población y un tercio de las y los jóvenes está desempleado.

Por eso, a los más grandes, nos toca aportar nuestra experiencia y establecer un diálogo intergeneracional. Estamos acá para tender un puente y darles testimonio de que en ese momento fue más difícil que ahora y aun así, los argentinos decidimos bajo el liderazgo de Raúl Alfonsín cerrar el camino de la violencia y resolver nuestros problemas a través de la democracia y el consenso. 

La argentina es una sociedad que se abrió camino a través de las peores crisis gracias a la solidaridad , la colaboración  y el diálogo de todos aquellos que piensan distinto. Sigámos haciéndolo así, sin violencia.

Los puntos de acuerdo de los argentinos se expresan en un consenso democrático alrededor de la soberanía de las Islas Malvinas, el respeto de los Derechos Humanos, la promoción del ascenso social a través de la educación y la salud pública, y la igualdad de oportunidades garantizada a través de la Ley.

Llevamos 40 años ininterrumpidos de democracia en donde, a pesar de las diferencias, fuimos capaces de consolidar nuestros derechos fundamentales . Nuestra generación la recuperó, pero ahora otras generaciónes tienen la enorme responsabilidad de mantenerla y hacerla crecer, y hoy, están por primera vez ante una prueba difícil.

Ustedes y nosotros, tenemos el desafío de alcanzar un acuerdo intergeneracional que delimite un horizonte común entre los liderazgos de hoy y los de mañana. Ese diálogo debe fijar un horizonte de políticas basadas en prioridades y una agenda compartida que contemple las preocupaciones y prioridades de las juventudes, pero que también garantice y consolide la protección de las libertades, y el pleno ejercicio de los derechos humanos conquistado por nuestra generación.

Aún necesitamos otros 40 años más de paz, democracia, derechos y respeto a los valores republicanos y a la independencia de poderes, como consagra la Constitución Nacional. La democracia es el legado más importante que debemos cuidar. Es la protección de las libertades y la certeza de que los gobernantes tienen que responder ante la gente con compromiso y responsabilidad. Es la posibilidad de construir con nuestras ideas, nuestro trabajo y nuestra esperanza, un país mejor.

El Ex Presidente Raúl Alfonsin,  al asumir la presidencia el 10 de diciembre del año 1983 expresó:

“Vamos a establecer definitivamente en la Argentina la democracia que todos los argentinos queremos, dinámica, plena de participación y movilización popular para los grandes objetivos nacionales, en el marco bien definido pero históricamente flexible de nuestra Constitución, que garantiza todos los derechos, todas las libertades ,todos los avances sociales y culturales del mundo moderno, a la vez que asegura la responsabilidad de los gobernantes ante el pueblo a través de los mecanismos jurídicos y políticos de control que la misma Constitución ha previsto, y de la periódica renovación de los poderes

mediante el ejercicio del sufragio.

Vamos a vivir en libertad. De eso, no quepa duda…..”

Por eso, el único homenaje que necesita la democracia es que honren el pasado, que hagan las cosas mejor que nosotros y que dejen este país mejor de lo que lo encontraron.

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