Documento del Bloque UCR Juntos (Silvia Cappelletti)
24 de marzo: Día de la memoria, la verdad y la justicia
SOMOS EL GRITO DE LA LIBERTAD
Hoy se cumplen 47 años del golpe que dio comienzo al período más sombrío de la historia argentina. El 24 de marzo de 1976, el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, instauró una dictadura cívico-militar que quebró el orden democrático, y desarticuló la participación política con una metodología cruel y criminal: la tortura, la muerte y la desaparición forzada de personas.
Tanto dolor dejó una profunda herida en la sociedad argentina, que nos acompaña hasta el presente. En un día como hoy, nuestro pensamiento más profundo y consternado va con calidez y respeto hacia las víctimas del terrorismo de estado: los desaparecidos, los sobrevivientes, los exiliados, las madres, los padres, las abuelas y los hijos.
El Radicalismo tuvo un rol protagónico en la recuperación de la democracia y bajo la consigna de “Somos la Vida, Somos la Paz”, se puso a la vanguardia de la lucha por el respeto y vigencia de los Derechos Humanos y el régimen democrático y republicano en la Argentina. Este proceso se coronó con la determinación política de Raúl Alfonsín de poner a disposición los resortes institucionales necesarios para que el terror, el miedo y la violencia rindan cuentas frente a los estrados judiciales en la Argentina.
La película Argentina 1985, candidata al Oscar, es una buena oportunidad para revisitar y dimensionar lo que era vivir en aquellos tiempos oscuros en que, aun en democracia, las Fuerzas Armadas mantenían su impunidad y acechaban al poder político y judicial. La película, protagonizada por Ricardo Darín, como el Fiscal Strassera, y Peter Lanzani, como Luis Moreno Ocampo, retrata la importancia que tuvo la juventud en hacer justicia y en defender contra viento y marea la democracia, en un contexto donde aún regía el apoyo a la dictadura por parte de sectores de la sociedad civil.
El juicio a las juntas, es sin dudas el juicio más importante de la historia argentina y un antecedente único en materia de derecho internacional, siendo el único caso donde la justicia civil de un país, pudo enjuiciar en su suelo a los responsables del terrorismo de estado. Esta experiencia nos demuestra que todos tenemos la responsabilidad de poner de pie y transformar la Argentina. Comprometernos activamente y organizarnos políticamente desde el lugar que nos toque, es fundamental para sostener los logros del pasado y alcanzar las soluciones que nuestra sociedad necesita. Ayer, hoy y siempre, hagamos memoria y asumamos el desafío.